Romulo Martinez “THINKERS (Constant reality)”(2023)

Description

Romulo Martinez
“THINKERS (Constant reality)”(2023)
Silkscreen and Venezuelan bills on acid-free 300g paper
18 inch x 24 inch (paper)
25.5 inch x 31.5 inch (frame)

1 in stock

$1,500.00

Always in a conversation among Venezuelans, one falls into nostalgia, not only for what was left, but also for what was lost. The situation of the Venezuelan, in my opinion, is as if an earthquake had occurred, moving the floor and displacing everything from its place. Since the government has been transformed into a regime in the last 22 years, the vast majority of Venezuelans inside and outside the country are in a constant search to rethink their lives.

While inside, continue with their job, as long as it allows you to buy daily bread, or change and look for other jobs that help you meet the cost of living within hyperinflation. And being abroad, look for the possibility of being able to practice your profession, what you did in Venezuela, or adapt to a new job within another culture and perhaps even another language. Certainly, there are Venezuelans who have been able to overcome this wobble as a result of the earthquake, because in some cases luck has accompanied them in doing things similar to what they did in Venezuela, or through the successful development of a new ventures.

Internal struggles are thought of, and some cases due to ego. It is a situation only comparable with countries that are in crisis of war and violence. We are more than 6 million Venezuelans outside the country.

This work literally represents for me the situation of Venezuelans in the world and in Venezuela itself because, apart from the racial diversity that we have as a result of the miscegenation of the worldview of the Spaniards who arrived in the American continent, present in the historical figures on the bills, the actual bills cut and used here are devalued and in debt (and if they were used, they would be worth nothing inside or outside the country) due to the monetary reconversions that Venezuela has suffered due to hyperinflation.

The serigraphic falls of the colors of the Venezuelan flag, yellow, blue and “red” added to this representation, make the characters look like walkers around the world, migrants, seeking migratory, labor and social stability with the hope of settling and build a new life from scratch.

Siempre en una conversación entre venezolanos, se cae en la nostalgia, no solamente por lo que se dejó, sino también por lo que se perdió. La situación del venezolano, a mi juicio, es como si un sismo o terremoto hubiese ocurrido, moviendo el piso y descolocándolo todo de su sitio. Desde que el gobierno se fue transformando en régimen en los últimos 22 años, la gran mayoría de los venezolanos dentro y fuera del país, se encuentran en una constante búsqueda por redimensionar su vida.

Estando adentro, seguir con su trabajo, siempre y cuando este le permita comprar el pan de cada día, o buscar otros trabajos que le ayude a solventar el costo de la vida dentro de una hiper inflación. Y estando afuera, buscar la posibilidad de poder ejercer su profesión o el oficio que realizaba en Venezuela, o adaptarse a un nuevo trabajo dentro de otra cultura y hasta quizás otro idioma. Ciertamente hay venezolanos que han podido superar ese tambaleo producto del sismo, porque en algunos casos la suerte los ha acompañado en hacer cosas similares a lo que hacían en Venezuela, o por el exitoso desarrollo de un nuevo emprendimiento.

Se piensa en las luchas internas, algunos casos por ego. Es una situación solo comparable con países que están en crisis de guerra y violencia. Somos más de 6 millones de venezolanos fuera del país.

Esta obra representa literalmente para mí la situación de los venezolanos en el mundo y en la propia Venezuela porque, aparte de la diversidad racial que tenemos producto del mestizaje de la cosmovisión de los españoles llegados al continente americano, presente en los personajes históricos en los billetes, los billetes recortados y pegados al soporte están devaluados y en desudo (y si tuviese uso, no valdrían nada dentro o fuera del país) debido las reconversiones monetarias que ha sufrido Venezuela a causa de la hiper inflación.

Las caídas serigráficas de los colores de la bandera venezolana, amarillo, azul y “rojo” se suman a esta representación haciendo que los personajes luzcan como caminantes por el mundo, migrantes, buscando estabilidad migratoria (status legal), laboral y social con la esperanza de construir una nueva vida desde cero.

 

Donation

$